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jueves, 26 de febrero de 2015

Un inquietante futuro lleno de Drones

Queridos Friki Drones:

Por segunda noche consecutiva se han visto drones sobrevolando lugares carismáticos de Paris. Estos vuelos están prohibidos durante la noche, y todavía no se desconoce quienes son los responsables. Hace menos de un mes un drone se estrello en el cesped de la casa blanca, y así como Washington, París u otras grandes ciudades están todavía planteándose como afrontar esta nueva realidad, en la que los drones de particulares se están haciendo cada vez más y más comunes.



La FAA, agencia que regula el espacio aéreo americano, estima que en 2018 habrá al menos 7500 drónes de particulares en Estados Unidos, esto excluye a los dueños de drones tipo juguete. Y es que este no es un mercado a olvidar, la compañia francesa Parrot estima que se vendieron 700.000 Drones tipo juguete en 2014.

¿Que harán los gobiernos para controlar todos estos juguetes volando entre nosotros? Pues ya hay algunas pistas:

La FAA con sus nuevas leyes quiere obligar a los fabricantes a que sean capaces de tener vigiladas todas sus ventas, y saber en todo momento dónde vuelan. En principio se aplicaría a drones profesionales, pero existe la posibilidad que se aplique también a juguetes. Y no solo a controlar dónde están los drones, también a conocer desde dónde son controlados.

La empresa que construyo el drone que se estrello en La Casa Blanca, DJI, ha actualizado el firmware de sus modelos para que en todo momento comparen su posición GPS con la de lugares de interes, de tal forma que si se intenta entrar en esas zonas el drone deja de volar. Evidentemente uno de esos sitios es la Casa Blanca, y es que se ha establecido un nada despreciable radio de 15 millas al rededor de la residencia del presidente de los Estados Unidos. Si una medida así se aplicase entorno a Notredame, sería imposible volar ningún cacharro en París.



Claro que no se le pueden poner puertas al mar, los compradores siempre podrían piratear el firmware u optar por modelos clónicos que no sepan de reglas. Un ejemplo es Voxel8's 3D Printer, una impresora que permite fabricar un drone completo, incluido los circuitos integrados. Y Jasper van Loenen propone un kit de motores individuales conectados a una unidad de control que se pueden colocar en cualquier cosa, de hecho en su página demuestra como hacer volar un teclado de ordenador o una rueda de bicicleta.

En fin... el futuro es prometedor, pero se me ponen los pelos de punta con lo que a mi parecer puede convertirse en la nueva revolución tecnológica del siglo XXI. Esperemos que Paris descubra su misterio. 

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